Los mejores lectores baratos de la historia

La tecnología digital ha avanzado en las últimas décadas, pero no tanto como suele creerse. En esencia, los lectores modernos incorporan chips con mayor capacidad de resolución, pero ello no siempre significa mejor sonido. Puede decirse que en los años 90 la tecnología digital llegó a su cima, y que solo en casos muy puntuales la tecnología actual ha logrado superar dicha cumbre en precisión y detalle. Los siguientes lectores son baratos pero no necesariamente lo fueron en su tiempo. En general, pueden adquirirse de segunda mano a precios que oscilan entre los 50€ y los 500€, y se codean (a veces superándolos) con los mejores lectores de hoy en día. Los modelos que proponemos son admirables (en algún caso, legendarios) por su diseño, su fiabilidad y su sonido. Algunos no han sido superados hasta la fecha. Si tiene paciencia y los adquiere a buen precio, ahorrará mucho dinero y disfrutará como el que más. Como transportes conectados a un DAC externo, todos ellos funcionan a las mil maravillas. Advertencia: asegúrese en cada caso de que el lector que adquirirá puede leer discos en formato CD-R y discos de 80 mins, y que dispone de salida digital.



Cambridge Audio CD4SE: por debajo de los 200€ sigue siendo imbatible en casi todo.







Cyrus, a partir del modelo daD3: detallado, cálido, graves secos, agudos sedosos.








Marantz CD5001: musical, rítmico, suave, tremendamente agradable.







Naim, cualquier modelo antiguo, especialmente el CD3.5: rítmico, preciso, increíblemente dinámico.








Marantz CD63SE: nada que envidiar a los modelos de gama alta actuales; detallado, profundo, muy musical.








AMC CD8: fluido, detalle aceptable, escucha relajada y placentera, agudos etéreos.







NAD C541: otro reproductor soberbio, con un sonido sin fisuras ni concesiones en ninguna de sus frecuencias. La versión 541i es todavía mejor.








Quad 67: por él no pasan los años; uno de los mejores lectores jamás diseñados a precios asequibles.








Arcam Alpha 7: una maravilla por diseño, construcción y sonido, de gran presencia y enorme detalle.








Rega Planet: si lo encuentra a este precio, no lo dude ni un segundo.








Rotel 1070: modélico por diseño y sonido; graves secos y rápidos, escena generosa, ritmo excelente.







Marantz CD67 MKII. Precisión, control, suavidad y dulzura. Placer garantizado.









Kenwood 5090. Uno de los lectores más analíticos y, a la vez, más cálidos que hemos escuchado. Excelente reproducción de las bajas frecuencias, que son firmes y sólidas.










Revox 126. Rítmico, dinámico, divertido: no podrá evitar mover los pies mientras suena su música.







Denon CD 2560. La empresa aprovechó lo mejor de la tecnología de su época para diseñar este lector que le saca los colores a la mayoría de máquinas actuales.










Kenwood CD-7090. Como todo en este mundo, la circuitería analógica puede mejorarse, pero por lo demás es un lector sublime y delicado que cuenta con una excelente salida de auriculares.










Meridian 506-20. No suele ser barato, pero siempre hay que estar alerta. Si existiera un ranking de lectores de cd, este ocuparía una de las primeras posiciones.










Copland 289. Otro lector excepcional que no suele encontrarse a precios moderados. Pero no decaiga: los compradores a veces también duermen.










Marantz CD94 MK2. Un lector pensado con inteligencia, que aprovecha lo mejor de la tecnología de su época. Sonido dulce, cálido, con excelente reverberación de las frecuencias bajas. Su diseño interno es casi idéntico al del Philips CD960.










Philips 960. Modélico. Ha sido imitado infinidad de veces, pero con resultados desiguales. Para olvidar que lo que está escuchando es, en realidad, sonido digital. Su diseño interno es casi idéntico al Marantz CD94 MKII.










Marantz CD80. Uno de los mejores aparatos del fabricante, al margen del precio. Sonido detallado, abiertos hacia ambos lados, con buena extensión de graves y unos agudos de gran personalidad.










Grundig Fine Arts 9009. Fiable y robusto, sonido oscuro y maduro. Para los que anteponen el placer al análisis.










Sony CDP 555ESD. Otro aparato legendario, de los mejores años de Sony. No hemos vuelto a escuchar otro lector que goce de su coherencia, a pesar de no ser el más detallado o profundo.










Sony CDP 227ESD. Debería clonarse más a menudo. Sonido extendido, detalle suficiente, altas frecuencias bien amortiguadas, grave glorioso.










Cambridge Audio CD2. De una época en que los fabricantes británicos se empeñaban en que lo digital sonara como un tocadiscos. Casi lo consiguen.










Cambridge Audio CD3. Versión que mejora al anterior en dinámica y detalle, aún a costa de la tridimensionalidad analógica.










Naim CDS1. Naim solo se lanzó a la construcción de lectores de CD cuando vio claro que era capaz de diseñar un aparato con la musicalidad de un Thorens y el impulso de un buen Marantz.










Marantz CD5000. Humilde, pero orgulloso. Muchos lo despreciaron por su fascia, pero este lector está a la altura de los grandes. No lo empareje con amplificadores brillantes.










Philips 751. Un modelo mítico que le sorprenderá por su fuerte personalidad. Preciso, cálido, fluido y con ligera tendencia al brillo en los momentos de más animación sonora.










Philips 753. Otra leyenda: es la compra acertada si está dudando acerca de las virtudes de los demás lectores. Este reúne una pizca de las virtudes de aquellos y las entrega con una coherencia admirable.



Denon DPD2560. A algunos les parece frío, pero si está bien asociado es uno de los lectores más exactos y rítmicos que conocemos.










Teac VRDS-25. Quizás durante algún mes de agosto, cuando pujadores y compradores estén de vacaciones, pueda encontrar este soberbio lector a un precio de escándalo. Menos de 400€ sería una verdadera ganga. Sonido impecable.










Philips LHH 2000. Un verdadero clásico y un aténtico pionero, que se granjeó todo tipo de elogios por su sonido sumamente agradable, detallado y de una neutralidad exquisita. En su época, era un aparato de referencia. Suele dispararse de precio, pero nunca se sabe.






Philips CD850. Suave, fluido y, al mismo tiempo, rítmico y detallado. Un verdadero placer para los oídos.






Philips CD880. La versión americana (voltaje de 110 v) es más musical que la europea (240 v), que muestra un sonido detallado, preciso y neutral. Ambas comparten el mismo espíritu analógico que ha convertido a este lector en una máquina legendaria.






Sony CDP 337 ESD. Similar al modelo 227, pero con bandeja mejorada.






Sony CDP 557 ESD. Una de las máquinas más precisas y fluidas de Sony.