Consejos para que todo suene bien (II, Otras cosas)

LIMPIEZA DE CONTACTOS

Con el tiempo, se crea un velo invisible sobre los contactos de nuestros cables, tanto digitales como de altavoz o interconexión. Es aconsejable limpiarlos de vez en cuando con algún producto apropiado y la ayuda de un bastoncillo limpiador de pipas. Esta operación debe realizarse tanto dentro de las tomas hembra (por ejemplo, RCA o bornes de altavoz) como en los pins macho de nuestros cables, bananas o espadas. Queda excluido el cable óptico Toslink, cuyo cabezal no debe tocarse bajo ningún concepto, y el cable pelado de altavoz, que es mejor cortar. Algunos de nosotros hemos apreciado mejoras sorprendentes en el sonido, tanto en claridad como en detalle, tras estos ajustes, pero otros en nuestro grupo no están tan de acuerdo.



DISTRIBUCIÓN DE CABLES

Aunque solo sea para poder manejarlos mejor, es recomendable distribuir ordenadamente los cables detrás de nuestro equipo. Además, en algunos casos evitaremos interferencias indeseadas. Deberían separarse los cables de alimentación por un lado y los analógicos y digitales por el otro. Los primeros nunca deben atarse ni enrollarse entre ellos; con los segundos no hay problema en unirlos (a fin de cuentas, la mayoría de cables de altavoz y RCA vienen en parejas sólidamente unidas). Lo único que debe evitarse en este caso son las torsiones y dobleces, especialmente en el caso de cables digitales.

Por otra parte, si decidimos agrupar los cables de corriente en una regleta, se recomienda que el amplificador vaya conectado directamente a la pared, pues puede necesitar la potencia que están consumiendo el resto de aparatos. Para evitar interferencias electromagnéticas (EMI), las fuentes (lectores, DACs, etc.) deberían estar conectados a una regleta con filtro EMI. Muchos somos incapaces de notar diferencias, pero es algo que no cuesta ningún esfuerzo y que algunos aprecian en los resultados sonoros.

Las mejoras no son solo visuales


DESACTIVACIÓN DE FUNCIONES INNECESARIAS

Algunos fabricantes ofrecen la posibilidad de desactivar aquellas funciones que no son necesarias durante la reproducción de audio, pero que pueden consumir electricidad y provocar interferencias innecesarias en la señal. Es el caso de las pantallas led. En otras ocasiones, esas funciones desvían la señal hacia circuitos que no utilizamos, por lo que no está de más tener la posibilidad de desactivarlos. Es el caso de la función Pure Direct o Sound Direct, que esquiva los circuitos de ecualización. A veces, incluso puede desactivarse la salida digital de un lector si no se está usando. Cada una de estas operaciones, por separado, es imperceptible, pero cuando se aplican todas a la vez pueden suponer una ligera mejora en la claridad, enfoque y detalle del sonido.

Botón Pure Direct en un amplificador integrado


FUERA REJILLAS


Las rejillas de altavoz son muy útiles para evitar daños en los conos, especialmente si hay niños o animales por casa. Pero, en muchas ocasiones, las rejillas ejercen un efecto negativo sobre el sonido, pues filtran ciertas frecuencias (a menudo, las más altas) y sobredimensionan otras (normalmente las bajas). De algún modo, pueden convertir el espacio cubierto en una pequeña caja de resonancia que resta detalle, precisión y claridad al sonido. Esto sucede sobre todo con rejillas densas, sólidas y con refuerzos de plástico o metal. Pruebe a quitarlas cuando escucha música, y no se olvide de volver a colocarlas cuando termine la audición. Seguramente notará una mayor claridad en los agudos, un cuerpo central más presente, unos graves más enfocados y secos, y en general una escena más rica y coherente.

Lo mejor del sonido está ahí dentro





CUANDO TODOS DUERMEN


Aunque nos guste escuchar la música a volúmenes altos, creemos que cuando mejor se disfruta de ella es por las noches. Según algunos, de noche la instalación eléctrica es más estable y está más limpia debido al descenso general de consumo eléctrico, lo que podría repercutir en la pureza del sonido. Pero, sea como fuere, nuestro consejo no va por ahí. Por la noche, y en general en espacios muy silenciosos, el rango dinámico es mayor y pueden apreciarse mucho mejor los contrastes y pequeños matices sonoros. No se preocupe por el volumen. Bájelo aunque al principio pueda parecerle insuficiente. De la misma manera que nuestros ojos de habitúan a espacios sombríos, el oído, aunque con más lentitud, acaba ajustando su sensibilidad a los entornos silenciosos. ¿Cuántas veces no le ha sorprendido escuchar de noche el rumor de un pequeño transformador, de una cañería, incluso de una lámpara, que eran inaudibles durante el día? La escucha nocturna no tiene por qué ser una molestia para los demás.

Una vez su oído se haya ajustado adecuadamente (y esto puede tomarle media hora), encienda el equipo a un volumen moderado y elija una pista tranquila. Notará enseguida una precisión y una claridad desconocidas en escuchas diurnas. Ello se debe no solo a que el ambiente está libre de rumores de fondo, sino a que las reflexiones en paredes, suelo y techo son ahora casi imperceptibles, y usted puede disfrutar del sonido virtualmente directo que procede de los altavoces. Un susurro al oído tiene más matices que un grito, y es solo para nosotros.




SIÉNTASE CÓMODO


Asistir de pie a un concierto de rock durante dos horas puede ser una experiencia intensa e inolvidable, pero creemos que la escucha doméstica debe ser otra cosa. No hay duda de que los factores extramusicales afectan a la experiencia auditiva, que no es más que una percepción indistinguible del resto de percepciones. Busque un buen sillón, asegúrese de adquirir un sofá no solo bonito sino también cómodo, cierre la puerta y apague el móvil para evitar intromisiones indeseadas, resérvese un tiempo y un espacio, asegúrese de que la temperatura es la adecuada y caliente los motores del equipo. Cuando pueda olvidarse del asiento, del frío, del calor e incluso de los demás, podrá olvidarse de sí mismo y entregarse por entero a la música.

Pocos enemigos más feroces de la música, de la lectura, de la admiración de un buen cuadro, que las distracciones. No hace falta que se concentre de forma inhumana en lo que escucha: basta con que nada de lo que lo rodea rompa el vínculo que lo une, durante su momento y en su espacio, con su música. Si nada lo incomoda, escuchará, leerá o mirará con una concentración involuntaria, fluida y natural. Por decirlo de otro modo, se implicará en lo que percibe. Si no se dan esas condiciones, siempre habrá algo que le incomode en el sonido que escucha sin saber que había un guisante en el interior de su zapato.

Mejor que un buen cable



REVISE SUS OÍDOS


Aunque parezca mentira, pocos audiófilos lo hacen. Una revisión periódica no solo es útil para prevenir daños irreversibles (especialmente si escuchamos a volúmenes altos o con auriculares), sino que además puede mejorar radicalmente el sonido de nuestro equipo. Si hace tiempo que convive con su cadena y conoce su sonido de memoria, haga la siguiente prueba: concierte una visita con su otorrino de confianza, pídale una audiometría y, además, una limpieza de oídos en profundidad. Muy a menudo, la acumulación de cerumen o un mal hábito en nuestro protocolo de limpieza puede propiciar una leve hipoacusia de la que ni siquiera somos conscientes. Un lavado de oídos realizado por un profesional puede solventar este problema. Normalmente, su otorrino empleará el método de irrigación, que consiste en proyectar agua a 37ºC mediante una jeringa especial. Es imprescindible que esta operación la realice un médico especialista. Los resultados pueden ser sorprendentes. Es posible que durante unos minutos u horas note su oído taponado, pero en poco tiempo experimentará los beneficios: percibirá las voces con más claridad y volumen, captará con más precisión los agudos, alcanzará a entender conversaciones en segundo plano que antes apenas comprendía. Y, desde luego, disfrutará mejor de su equipo de audio, que volverá a descubrir cuando creía que ya lo había aprendido todo de él.

Como recomiendan los especialistas, para conservar el oído en óptimas condiciones lo mejor es NO LIMPIARLO, o hacerlo solo en su sección externa y en el pabellón auditivo. Un exceso de higiene puede ser contraproducente, y de nada le servirá gastar todo su dinero en un equipo de ensueño si no tiene la capacidad de disfrutarlo.

El camino más corto para despedirse del audio





CIERRE LOS OJOS




LAS TOMAS QUE NO USAMOS




JUEGUE CON LOS CABLES




SEA LIMPIO




PÓNGASE BIEN LOS AURICULARES




CUIDE LA DECORACIÓN




PRUEBE LAS ENTRADAS




LAS PUERTAS




OLVÍDESE DEL EQUIPO